Todos los años, la carretera que une Paracuellos del Jarama con su pueblo vecino de Ajalvir,
a la altuta de su cruce con la M-50, se llena de campos de amapolas
inmensos que son una delicia para los amantes de las flores.
De hecho, es frecuente encontrarse con muchos aficionados a la fotografía,
que no quieren perderse los pocos días que se mantienen frescas.
Este año, también me uní yo y os enseño una pequeña muestra de
este enorme "mar rojo".
Espero que os gusten.