Real Basílica de San Francisco el Grande
La basílica fue construida en estilo neoclásico en la segunda mitad del siglo XVIII, a partir de un diseño de Francisco Cabezas, desarrollado por Antonio Pló y finalizado por Francesco Sabatini. El edificio destaca por su cúpula, considerada como la tercera de planta circular de mayor diámetro de la cristiandad; por su suntuosa decoración interior, realizada en estilo ecléctico a finales del siglo XIX; y por su pinacoteca, representativa de la pintura española de los siglos XVII a XIX, con cuadros de Zurbarán y Goya.
Su titularidad corresponde a la Obra Pía de los Santos Lugares de Jerusalén, organismo autónomo dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. El 19 de octubre de 1980 fue declarada Monumento Nacional, según Real Decreto, recibiendo por tanto la condición de Bien de Interés Cultural (BIC).
Fachada principal
Fachada principal
La fachada principal está orientada al este. Es obra de Francesco Sabatini, quien concibió un diseño netamente neoclásico, si bien matizado por su configuración convexa, necesaria para adaptarse a la planta circular de la estructura.
Presenta dos cuerpos. En el inferior se sitúan tres arcos de medio punto, sujetados mediante pilastras dóricas. El orden jónico domina el segundo cuerpo, constituido por tres ventanales adintelados. El conjunto se remata, en su parte superior, con un frontón triangular, situado en el punto central, y una balaustrada, que recorre los lados.
El frontón está adornado con la cruz de Jerusalén en el tímpano y, por encima, aparece una acrotera con el escudo franciscano y una corona real. Sobre los pilares de la balaustrada se elevan cuatro estatuas de piedra, representativas de santos, que fueron esculpidas en Londres (Reino Unido) en el año 1883.
La fachada está presidida por dos torres, una en cada extremo, ligeramente retranqueadas. Están cubiertas con chapiteles ondulados, coronados con veletas. En sus vanos, se alojan 19 campanas, ocho de ellas en la torre sur y las once restantes en la torre norte (estas últimas forman parte del carillón de la iglesia).7 Los campanarios están enmarcados con pilastras pareadas.
La cúpula y su linterna asoman entre las dos torres, dominando el conjunto.
La Basílica de san Francisco el Grande es de planta central y circular, con vestíbulo y ábside. La cubierta se resuelve mediante una gran cúpula, custodiada por seis pequeños domos, que rodean la base del edificio por el norte y por el sur.
Estos elementos encuentran correspondencia en el espacio interior del templo, conformado por una amplia rotonda y seis pequeñas capillas circundantes (tres a cada lado). La capilla mayor está instalada en el ábside y preside todo el conjunto.
Los materiales de construcción combinan sillares de granito, empleado principalmente en la fachada principal, y ladrillo enfoscado.
La Capilla Mayor está instalada en el ábside. Hasta la reforma de finales del siglo XIX, se encontraba presidida por un lienzo de Francisco Bayeu, en el que se representa la aparición de Jesucristo y la Virgen María a san Francisco de Asís. El cuadro está situado actualmente en el coro.
El aspecto austero de entonces fue transformado con la citada remodelación, en la que fueron instalados numerosos elementos ornamentales, a partir de materiales como el mármol, las maderas nobles, el bronce o el oro.
La cabecera está presidida por cinco pinturas murales, enmarcadas en cuatro grandes pilastras, con ribetes dorados. Son obra de Manuel Domínguez y Alejandro Ferrant y se centran en diferentes episodios de la vida de san Francisco de Asís. La media bóveda que sirve de cubierta al recinto fue decorada con pinturas de José Marcelo Contreras, sobre fondos dorados.
Junto a la base de las referidas pilastras, hay situadas cuatro estatuas de los Evangelistas, que se elevan sobre pedestales de mármol negro. Fueron talladas en madera bronceada, bajo la dirección de Jerónimo Suñol. A su alrededor se extiende una sillería renacentista, traída desde el Monasterio Jerónimo de santa María del Parral, en Segovia, y adaptada al lugar por Ángel Guirao, en 1885.
El presbiterio está flanqueado, a ambos lados, por dos grandes púlpitos, realizados, en mármol de Carrara, por Nícoli
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